Las fotos que llegan de Idlib son atroces. Ningún ojo humano está preparado para ver tanto desastre, tanta sangre, tan poca piedad.
Sin tener que ver cuerpos carbonizados, o trozos de carne humana, la mirada perdida de este hombre representa algo que no se puede describir con palabras: la pérdida de su esposa y todos sus hijos a causa del bombardeo de la aviación rusa y del régimen, que se llevaron por delante a casi 50 personas en el día de ayer.
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