martes, 14 de junio de 2016

16 años de la muerte de Hafez Al-Assad

Pasó desapercibido el día, y nada se dijo. El pasado 10 de junio se cumplían 16 años del fallecimiento del Hafez Al Assad, padre del actual presidente de la República Árabe Siria, y la causa principal de lo que hoy está viviendo el país.

A veces, muchos nos preguntamos si no hubiera sido así. Si el hijo no hubiera recogido lo que sembró el padre, si no hubiera seguido las mismas líneas represivas y autoritarias. Si sus  manos no se hubieran manchado también de la sangre de su propia población. A veces, de una manera irracional recordamos ese año 2000, y la esperanza que nos vendieron. El sucesor de Hafez sería su hijo Bashar afincado hasta el momento en Londres. Los sirios vieron por momentos algunos rayos de luz, pero no tardaron en darse cuenta que lo que se les estaba haciendo era vender humo, y que lo que se pretendía era desviar su atención para estar preparando algo más grande, que estaría por llegar. Bashar no fue esperanza, sino la deriva de Siria. 

Mausoleo en Qardaha donde fue trasladado el cuerpo de Hafez Al Assad.



Yo de aquella era muy pequeña. Pero recuerdo como si fuera ayer mismo el momento en el que se anunció que Hafez Al Assad había fallecido. Para sus acólitos parecía impensable que "El león de  Damasco" pudiera compartir un rasgo humano, ni aunque este mismo fuera la muerte. Recuerdo la ciudad teñida de luto, y una mezcla de histerismo y silencio. Sencillamente, la población se dividía entre aquellos adoctrinados que necesitaban rendir culto al líder ahora más que nunca, y aquellos que no sentían absolutamente nada, pero no les quedaba más remedio que fingir, o al menos no exteriorizar su alivio. Aún así, si ya de por si las imágenes del presidente que envolvían la ciudad no eran precisamente pocas, su número se duplicaron. Las tiendas y los negocios no dudaron en poner carteles mostrando sus condolencias. Ni que hablar, de las instituciones y burocracia y el ejército que emprendieron puras ceremonias de exaltación del dolor.

Recuerdo que unos meses antes de su fallecimiento, el colegio nos llevó a los que mejor dibujábamos a hacer una pintada en la pared de uno de los edificios que estaban cerca de la plaza del reloj. Debíamos como siempre, plasmar la felicidad de Siria y la grandeza del partido y nuestro presidente. Cosas del destino, me empecé a encontrar mal y, no pude terminar el dibujo. Y es que los escolares fueron uno de los peones fundamentales (y gratuitos) para la maquinaria de propaganda y adoctrinamiento del régimen de Hafez Al Assad, así como lo siguió siendo el de su hijo. 

Bashar y Maher Al Assad, hijos de Hafez Al Assad


Hafez murió en Damasco a los 69 años de edad a causa de un paro cardíaco, su estado de salud había empeorado en los últimos días, aunque en las calles era un tema tabú. Se dice que las primeras fuentes en informar sobre su estado de salud fue la televisión israelí. Los últimos tres años de vida de Hafez Al Assad reflejaban deterioro físico aunque ello no le dotó de sensibilidad, ni remordiminto ni le ablandó un mínimo su corazón que comenzaba a fallar. Pero Hafez tenia ya todo preparado. Su primera opción para dejar su legado fue su hijo predilecto  Basel, que había fallecido en el año 1994 en un accidente de tráfico. Era él quien ocuparía su lugar tras su muerte pero no pudo ser, así que en los cinco años posteriores introdujo a Bashar, un casi desconocido para los ojos del pueblo, el oftalmólogo pasó a ser comandante de la unidad de las guardias presidenciales del padre, acompañaba siempre desde entonces a su padre en los viajes, y era el encargado de llevar los asuntos relacionados con el Líbano en los últimos años. La imagen que se intentaba transmitir de Bashar era la de modernidad y diplomacia, aunque se había mostrado apático con la política y con un perfil bajo, al contrario que la imagen que se vendía de su hermano de su hermano, militar, luchador, conquistador y fuerte.  Hafez Al Assad lo tenía claro: Como lo define Javier Martín, Siria se convertiría en la primera autocracia hereditaria de Oriente Próximo.


Del 10 de junio, día del fallecimiento, al 13 de junio, día del funeral, se tomaron decisiones que marcaron  el rumbo de Siria, y como siempre en ese país, se tomaron en la clandestinidad y sin contar con el pueblo. El supuesto Parlamento aprobó por unanimidad un cambio en la Constitución Siria, dicho cambio se refería a la edad mínima del presidente. Se rebajó el umbral de 40 a 34 (Curiosamente, la edad que tenía Bashar en ese momento), y además se le ascendió de golpe, a 6 rangos militares para nombrarlo Capitán General del Ejército y Fuerzas Armadas. Habrá quien se pregunte el motivo por el cual los sirios lo permitieron, pero es que los sirios no tenían potestad para elegir. La oposición permanecía silenciada en las cárceles, aniquilada en sus tumbas, o en su defecto, exiliada. Quien hable del "referendum" que se realizó para ello, es alguien que desconoce por completo, como funcionaban por analogía las "elecciones" en Siria, en donde se te acompañaba para ver que marcabas la casilla adecuada. Los resultados, siempre, y curiosamente eran de un 99%. En el supuesto referéndum, Bashar fue elegido por un 97%.

Militares trasladando el cuerpo de Hafez Al Assad

El cuerpo de Hafez Al Assad fue trasladado ese 13 de junio desde Damasco a Qardaha (Latakia), lugar de su nacimiento, de fondo, sonó la Sinfonía nº3 Heroica de Beethoven. Un séquito acompañaba los restos que gritaba uno de los gritos que nos obligaban a citar antes entrar en la escuela "En el alma, en la sangre, nos sacrificamos por ti, Hafez" A partir de ese 13 de Junio, los gritos se repetirían pero ahora en vez de Hafez, podíamos decir Bashar. El acontecimiento ocupó por supuesto la televisión siria que estaba en manos del régimen, y las voces en off se trataba de una exaltación continua, que reflejaba el dolor y la desesperación por la pérdida del líder. Dirigentes del mundo árabe estuvieron presentes, pero los occidentales escasos, entre ellos Chirac, representando a la República de Francia Bill Clinton mostró sus condolencias telefónicamente, pues su trato con Hafez Al Assad era un hecho, llegando a rumorearse, que Clinton sería quien mediaría para la recuperación de los Altos del Golán, algo que no llegó a suceder ni por asomo. En representación de EEUU acudiría Albright, También estuvo en el "Palacio del Pueblo"  y Joseph Deiss, Ministro de Asuntos Exteriores de Suiza, cuyo presidente envió también las condolencias y cuyo portavoz no le tembló la voz al expresar que "Hafez al Asad marcó la historia contemporánea de Oriente Medio. Su deceso representa el fin de una era." Se equivocó, para los sirios no significó nada más que la continuidad la tiranía y la falta de libertad. Hafez Al Assad abandonó este mundo, pero su esencia y su semilla sigue haciendo brotar sangre y represión. No fue el fin de una era, si no el comienzo de la destrucción de Siria. 



Vídeo que refleja el ambiente de exaltación 

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