lunes, 21 de marzo de 2016

El día de la madre



Hoy es el día de la madre en Siria. Recuerdo que cuando vivía en Raqqa era una festividad importante, sobre todo en la guardería donde se montaba un festival explícito para esta celebración.

Es un día, como otros, para la reflexión y el reconocimiento. También para la tristeza y el valor. Se me vienen a la mente muchas cosas. Hoy intentaba recordar algo de esos 13 días de la madre que viví en Siria, pero en ese intento se entrometieron imágenes y situaciones que no he vivido: Las de estos últimos cinco años.

Al intentar echar la vista atrás, y recordar esos días felices me sentí egoísta sin darme cuenta. Rápidamente, se me vinieron a la mente las madres que perdieron a sus hijos en la guerra, aquéllas que tienen a sus hijos preso o que han sido víctimas de la tortura o de atentados. También, las otras que sacrifican su vida y su alma para sacar del país a sus hijos, las mismas que después son capaces de pasar hambre y penuria con tal de que sus niños se lleven algo a la boca, que también bañan a sus bebés con el agua de la lluvia en esos campos de refugiados donde ni tienen agua potable. Os hablo de las madres que no llegan a serlo por los abortos que causan estas circunstancias extremas. Y también os hablo de los hijos que por culpa de la guerra y sus consecuencias pierden lo más valioso de esta vida: a sus madres.

No tengo muchas más palabras que sentimientos fuertes brotando. La impotencia sigue creciendo, y la justicia en estado de espera. Europa ha firmado su sentencia de muerte hace tres días, y las conversaciones de paz, son eso, conversaciones de café que se aplazan por motivos banales, que esconden tras de si la evidencia clara de los intereses.

Hoy es el día de la madre en Siria, y me gustaría que pensáramos un mensaje en el corazón para todas ellas.

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