miércoles, 13 de abril de 2016

Asma: De Rosa del Desierto a Garra del Diablo



Antes de ponerme con un comentario sobre Islam y Modernidad de Zizek, por una extraña razón decidí revisar algunos archivos que habían salido en wikileaks años atrás sobre Siria. Y una cosa llevó a la otra.
De los muchos escándalos y trapos sucios que se podrían airear y comentar sobre la familia de Al-Assad (Un largo historial de crimen, corrupción, e hipocresía) y las características de los personajes siniestros que conforma esta familia, hoy mi fijación ha sido con Asma. Mañana, ya se verá.
Asma es la Primera Dama de Siria. O eso piensa ella, su marido y su familia y palmeros. Casada con Bashar desde el año 2000, abandonó Londres y su profesión como informática y mujer de negocios para ejercer su labor como florero. Asma se convertía en la Primera Dama sí, pero de la Primera autocracia hereditaria de Oriente Medio. Todo un mérito.
Del mismo modo que hicieron con su esposo, los medios se esforzaron por pregonar con su llegada una esperanza de modernidad, cambio, y occidentalización para el país. Su imagen (Medio Letizia, medio Rania) y su formación adquirida en Inglaterra, suponían para la prensa árabe y también occidental un soplo de aire fresco para Siria.
Wikileaks desmoronó todo esto, al igual que otras muchas cosas más. En el caso de Siria también fueron activistas que se infiltraron en su correo personal. Además de enterarnos de los problemas conyugales, donde afirmaba que "Ella era la verdadera dictadora" en la pareja, y que la fidelidad de su marido no era su fuerte, también conocimos que su marido denominaba las protestas como "basura" y que la campaña de marketing para la imagen de la Dama le costó millones a los sirios.
Además de conferencias, actos de beneficencia y demás, Asma contaba con un relaciones públicas de una empresa británica importante que también trabajó con la monarquía de Jordania. Le consiguieron varias entrevistas y reportajes en medios occidentales, la Vogue incluida con un reportaje titulado "La Rosa del Desierto".
De las muchas declaraciones que se podrían comentar que dio Asma en las numerosas entrevistas que dio, una de ellas está en el Paris Match, en el año 2010, y es la siguiente: "Mi marido no necesita un lavado de imagen (Risas)" No es tan importante la frase como la acotación, transcrita por la misma revista entre paréntesis, de su expresión después de sentenciar con frivolidad e inconsciencia.
Pero allá por el 2010, cuando (Y cito lo que se reproduce constantemente sin matices) "LA GUERRA EN SIRIA NO HABÍA COMENZADO" lo cierto es que Assad necesitaba más que un lavado de imagen por todo lo que ya estaba causando en el país: 
El legado de Hafez continuaba, la represión y la falta de libertades democráticas era evidente, la cárcel era el destino a todo aquel que alzara la voz en contra del régimen. Sus medidas neoliberales ya habían emprobeciendo duramente a los sirios, y obligado a la población rural a desplazarse a las grandes ciudades para habitar en infraviviendas.. Las privatizaciones eran progresivas, y la fragmentación social se acentuaba, junto a una corrupción escandalosa y exhibida sin reparos por el clan Assad. Asma se estaba riendo no solo de su frase, si no de todos los sirios.

Assad no solo ha hecho daño durante estos cinco años. Lo lleva haciendo desde que llegó al poder. A su vez, ha recogido lo que ha sembrado su padre. Asma, no es una Rosa en el Desierto, más bien es una garra del Diablo.
Por muchos actos beneficiarios que realice, las manos las seguirá teniendo manchadas de complicidad: mucha sangre.

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