domingo, 25 de septiembre de 2016

Alepo: El mundo es testigo de un nuevo holocausto, y lo está consintiendo.

Es desesperante que el mundo no comprenda que lo que el régimen de Bashar Al Asad está llevando a cabo en Alepo no es una ofensiva, sino una matanza. Lo doloroso ya no es la indiferencia absoluta de la Comunidad Internacional, ni tampoco leer y escuchar las barbaridades de quienes apoyan al régimen criminal, lo más triste es que lleguemos a comer con las noticias de Siria en el fondo, viendo como uno de los Cascos Blancos saca a un bebé bajo los escombros, y que sigamos comiendo tan tranquilos, porque "nos hemos acostumbrado". Lo grave, de todo "esto" es el grado de normalidad que ha adquirido ante nuestros ojos. 

Muchas veces, en algunas charlas o encuentros oigo eso de "En la televisión no sale nada sobre Siria" y yo siempre me quedo pensando al respecto de esta afirmación que yo considero engañosa. Personalmente, no considero que los medios de comunicación no hablen de Siria. Por lo contrario, todos los días se habla de Siria, pero  la realidad es mucho más peligrosa, y es que se habla de Siria mucho, y mal, y lo peor, de una forma totalmente deshumanizada. Esta "sobre- desinformación" como me gusta llamarle, hace daño, y mucho. Y una nueva ocasión para mostrar sus nefastas consecuencias, está siendo el holocausto que se está llevando a cabo en la ciudad de Alepo.


Estado actual de Alepo. Destrucción absoluta. Fuente: Itv.com

Mientras los shabiha celebran patrióticos y exaltados la mal llamada ofensiva, llevada a cabo por su presidente, a muchos nos gustaría saber qué celebran exactamente.  El centenar de asesinados diariamente, las bombas de barril que caen a cada instante y junto a ellas, las otras armas más potentes, nuevas y prohibidas por Derecho Internacional Humanitario que se utilizan sin limitación alguna -entre ellas, bombas de fósforo-, o el médico por cada  mil personas que queda en Alepo, la hambruna producida por el asedio, la miseria que acapara cada rincón de la ciudad, o más bien lo que queda de ella...La justificación más escuchada es que para sacar a los "terroristas" de la ciudad, no queda otro remedio que aceptar estos "daños colaterales" Además de que esta afirmación deja en evidencia el déficit no solo ético o moral, también analítico y realista, no entiendo cuál es más terrorista, el bebé que mencionaba al principio, la madre que se le derrumbó la casa encima mientras dormía con sus dos hijos, los señores que son atendidos en los suelos de los hospitales a falta de las camillas o las miles de historias similares...No  lo sé.  Lo que sí veo con claridad es que el mundo ha de nacer y renacer infinitas veces, para volver a tener la conciencia tranquila ante el genocidio que se está llevando a cabo en  Siria.



Bombas de fósforo blanco lanzadas por la aviación de Asad y Putin. Fuente: Andan (Disponible vídeo en Youtube)


Los pocos hospitales que quedan en pie carecen de material y camas para curar a los heridos y se inundan de sangre. Fuente: CNN

Mientras,  El régimen, sus shabiha, sus aliados rusos e iranís, EEUU, Naciones Unidas, se ríen no solo de la legítima causa Siria como es su rebelión ante un tirano, sino que  directamente contribuyen a que esta  MATANZA continúe, pese al empeño  del régimen de disfrazarlo como "una guerra contra el terrorismo" o alardee sin razón de "alcanzar acuerdos políticos" que no son más que imposiciones y amenazas que como resultados dan lugar a unas limpiezas étnicas. Ni siquiera ya se muestran amagos de "preocupación" o intentos de "mediación".  Si no nos quedaba claro, el gran papel de las Naciones Unidas en Siria, pocas dudas quedaron después que The Guardian destapara las contribuciones económicas que ONU realizaba al entorno de  Asad, ninguno de ellos conocido por escrúpulos, ética, y manos limpias de sangre si no fuera suficiente con ello, el 90% de la ayuda humanitaria proporcionada es destinada únicamente a las zonas controladas por el régimen, mientras, el resto de Siria muere a causa de los bombardeos, de desnutrición y falta de asistencia médica. ¿Cuáles son las exigencias imposibles de la sociedad civíl? Un corredor humanitario, una zona de exclusión aérea y unas mínimas garantías que ante los ojos de esta Comunidad Internacional inútil parecen ser peticiones de lujo o caprichos sin más.. Todos los mencionados anteriormente  son cómplices de un exterminio absoluto consentido por todos ellos, y reforzado con nuestro silencio sobre-desinformado, que ningún sirio limpio de adoctrinamiento jamás olvidará.


Alepo en ruinas. Devastador estado de las infraestructuras. Fuente: El espectador

Me cuesta imaginar a Daryaya en 10 años, al igual que me cuesta imaginar a Homs, y Alepo. La devastación ha llegado a un extremo que anula cualquier posibilidad de divisar un futuro para las ciudades y sus habitantes. En el fondo nunca se reconstruirán sean cuales sean las estimaciones que haya hecho el Fondo Monetario para un hipotético futuro en Siria. No hay cientos de millones que puedan comprar el perdón y la dignidad del pueblo sirio.



Voluntario rescatando a un niño tras un bombardeo. Fuente: CNN

jueves, 15 de septiembre de 2016

La historia de Wasim Al Naser: Una injusta contradicción

Hablamos con Wasim, un refugiado palestino-sirio que necesita nuestra ayuda. Nos ha contado su historia, y es ésta:


Conocí a Wasim este verano. Me pareció una persona muy amable y educada. Lo primero que pensé cuando Wasim me dijo que era palestino criado en Siria, es que era de esas personas condenadas a estar injustamente en el medio, en tierra de nadie. Marcado por sus orígenes, su situación es fruto del caos, de la persecución y de la tragedia. Pero Wasim al contrario que otros, no se siente fuera de lugar, y ha empezado a construir una nueva vida y a resurgir de sus propias cenizas. Pero no se lo ponen fácil.
De padres palestinos, creció en Daraa, al sur de Siria en un campamento de refugiados palestinos. Wasim no tuvo ni tiene, nacionalidad, es apártida, el gobierno sirio no le otorgó nacionalidad a los refugiados palestinos. Cuando Wasim alcanzó la mayoría de edad, decidió estudiar la carrera de Filología Inglesa en Damasco. Después, se trasladó a vivir a Inglaterra en 2008, y fue nombrado como profesor de inglés en la Universidad de Cambridge. En 2010 retornó a Siria, meses después estallaría la revolución. No dudó en unirse a las primeras manifestaciones en contra del régimen de Asad, por ello en 2012 tuvo que huir de Siria dado que en cualquier momento sería detenido por participar activamente en dichas manifestaciones. Wasim huyó a Turquía para salvar su vida, allí residió dos años de manera ilegal. En 2014 decidió emprender un viaje a Brasil, una vez allí decidió viajar a Madrid. Al llegar, en el mismo Aeropuerto de Barajas pidió el asilo. Desde entonces, reside aquí, pero todavía no se le ha concedido el asilo. Nuestro amigo se encuentra en un limbo burocrático atrapado, que no le permite viajar, ni reencontrarse con su madre y sus dos hermanos que actualmente residen en Alemania.
Wasim habla un castellano perfecto. Se ha integrado de forma maravillosa por su propia fuerza de voluntad. Él está haciendo por si mismo lo que el gobierno español no hace por él, que es regular su situación. Wasim tiene un buen puesto de trabajo con el que está contento, pero no puede tener una vida normal. Dispone de la famosa tarjeta roja, que cada seis meses tiene que renovar, por lo tanto dispone de permiso de trabajo pero no de residencia.
Cuando le pregunto a Wasim por las excusas que le ponen para no agilizar los trámites me contesta "No te dicen nada. He intentado hacer una entrevista con el responsable del expediente y no me dejaron. Y he tenido 2 abogados y nada". Le pido que me escriba un mensaje para transmitirle a la gente y él me contesta indeciso "Bueno que yo no pido mucho. Pido un derecho básico de libertad de movimiento y poder salir y ver a mi familia en Alemania. Yo me gusta el país mucho y estoy muy integrado pero el gobierno me está complicando la vida. Vivo una contradicción, que tengo trabajo y estoy contento por un lado y por el otro lado tengo la inseguridad de no tener papeles"
Wasim tiene voluntad, tiene actitud, tiene unos sueños. Como otros en su situación tiene muchas capacidades y aptitudes de las que todos nos podemos beneficiar ¿Nos ayudas a que Wasim deje de "estar en el medio" y pueda empezar de cero como se merece? Solo tienes que firmar esta petición. Hagamos presión, denunciemos, que vean que no estamos ciegos. ¡Queremos un presente regularizado, seguridad y posibilidad de futuro para todos los refugiados que lleguen!


Escucha a Wasim, tú podrías estar en su situación.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Sueños "rebuscados".





CNN- Dailymail.uk.co












Llevo meses investigando sobre Raqqa para mi Trabajo de Fin de Máster. Sé que la elección del objeto de estudio fue arriesgada, y puedo asegurar que el proceso de investigación fue muy duro a todos los niveles.

Después de estas semanas de trabajo, mi estado de ánimo es una montaña rusa del revés. Quizás cuando se acababa la jornada de horas y horas escribiendo, borrando, buscando, para escribir y borrar otra vez, el consuelo era meterme en cama, pero lo sorprendente es que, mi mente no se alejaba ni en un momento de "ese objeto de estudio", aunque fuera desde una perspectiva mucho más personal y nada académica. 

A lo largo de estas semanas, un sueño solía repetirse frecuentemente. Esas noches, justo cuando notaba que comenzaba a entablar un diálogo conmigo misma en otra fase de consciencia, me trasladaba a otro lugar. Abría una puerta blanca y salía a la calle. Estaba en Raqqa. No podría describir si  era de mañana o de tarde. Tampoco, por sorprendente que parezca, hacía calor. Sí un bochorno extraño y un aire espeso, así que tengo la sensación de que miro a mi alrededor y todo lo veo en un tono marrón claro. Quizás, una tormenta de ayay* acababa de terminar, no lo sé. Sigo recto y cruzo la acera, a mi derecha está como siempre Abu Faisal** en su tienda, sosteniendo entre sus manos una radio y parece estar arreglándola. Mientras me paro a observarlo  tras el cristal de su ventana, comienzo a oler a pan recién hecho.  Proviene de la panadería de enfrente, pero hoy extrañamente no hay una larga cola esperando. Sigo mi camino recto, un poco desconcertada y cruzo la calle del Mansur. Ahí está Abu Alí en su librería. Me paro a recordar que de pequeña lo visitaba con frecuencia, aunque no necesitara nada. Simplemente para saludar o ver si por fin había llegado algún boli con goma que de verdad fuese efectivo. Pero  tanto Abu Ali, como Abu Faisal no me hablan, es como si ninguno de ellos me viera ni me oyeran. Nadie en la calle me reconoce.

Continúo mi camino recto y veo el ultramarinos que había abierto en mis últimos años en la ciudad. Siguen teniendo la máquina azul de sahlab halib*** fuera. Recuerdo como me indignara profundamente que existiera una máquina para esta bebida "Y entonces el señor que los vende en el carro y que pasa por la zona todas las tardes, de qué va a vivir?" Le preguntaba a mi padre que no paraba de reírse por mi enfado.

Decido seguir mi camino y ahora parece que entiendo algo. Es el recorrido que hacía todas las mañanas para ir al colegio. Tampoco tenía mucha pérdida, calle arriba, todo recto y luego tendría que torcer a la derecha. Como siempre, me paré a coger un ramito de jazmín en el mismo árbol pero esta vez, el jazmín está marchito y no huele a nada. Finalmente, giro a la derecha para reencontrarme con mis amigas del colegio en el mismo sitio donde quedábamos para entrar al colegio, pero esta vez, ahí no hay nadie esperándome.

Es ahí cuando me despierto, todas las noches en ese mismo momento. Pasadas unas semanas y después de analizarlo,  me di cuenta de que recreo ese camino para mantenerlo vivo y retenerlo de alguna forma. Comprendí que nunca llego al colegio porque sé de primera mano que fue bombardeado. El resto, consigo lograr visualizarlo, pero no deja de ser una ilusión en todos sus significados, porque siento y sé que ya nada ni nadie sigue igual en Raqqa.



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*Tormenta de arena
**Los nombres utilizados en este texto son ficticios, aunque los personajes y sus oficios reales.
***Leche con fecula.