domingo, 5 de noviembre de 2017

Globalización, aculturación y "Estado Islámico"

Tras los recientes atentados cometidos, no está de más reflexionar sobre algunos aspectos
El Islam a día de hoy se proclama como un fenómeno global y no aislado. En la última década  hemos sido testigos de como el Islam  tiene presencia  también en Europa, pues desde 2012 cuenta ahí ya con más de 13 millones de seguidores. Además, es imposible negar1 la influencia y las dinámicas que está creando y a su vez sufriendo también esta población. Esta se presenta por una parte, como agente social para el reto de la integración y por otra, también como víctimas tanto de los estereotipos racistas, como también de los movimientos radicales que contribuyen – y retroalimentan- al mismo efecto con sus malas lecturas del Islam, en ocasiones manipuladas con el fin instrumentalizarla para otros fines ajenos a los religiosos. Las múltiples interpretaciones vienen causadas por fatwas2 contradictorias, y la falta de una institución central en el Islam que determine una única versión válida. También por la falta de lectura de reformadores musulmanes como pueden ser Kadivar, Arkoun o Fadl, precisamente porque sus ideas parecen no sembrar interés en su puesta en práctica ni tampoco para dotarlas de difusión, porque no concuerdan con las de un Islam malinterpretado con posibilidades de impacto y daño mayor. Por esos motivos mencionados anteriormente, y otros más, podemos concluir que no se puede hablar de una única visión del Islam.
Sin embargo, es correcto relacionar la reislamización existente con una reivindicación de la identidad, pero es necesario saber de donde deriva este vacío en la misma, y no cabe duda que la aculturación es una causa. Y en esto tiene que ver las formas más violentas del radicalismo islámico, “que son más la manifestación de un espacio de protesta anti-imperialista que una tradición religiosa propiamente dicha”3 Por lo tanto, más que una aspiración nostálgica y romántica del retorno al pasado y a la época dorada del Islam, el propósito es más bien una universalización mediante un proceso de aculturación frente a la cultura de origen y también contra la occidental. Podemos entender que “la globalización del islam político y su divorcio de cualquier cultura en particular han creado identidades musulmanas transnacionales políticamente activas que han permitido decir que el islamismo se ha convertido en una parte integral de la cultura e historia política global” Pero no debemos confundir ello con la construcción de doctrinas mucho más sangrientas como la impulsada por Bin Laden (1957-2011) o Zarqawi (1966-2006) fundadores de Al Qaeda (AQ) y Al Qaeda Irak (AQI) respectivamente. Por ello, es importante tener en cuenta el uso de la religión en este contexto, como una herramienta de legitimación y una pieza más de un discurso artificial y propagandístico, cuyas pretensiones van más allá de sus supuestas creencias.
Con todo ello, se pretende indicar que el grupo de Al- Baghdadi tiene una caracterización supranacional. Una gran parte de la base militante procede de Occidente, su vínculo de origen con el que han establecido una ruptura. Pero, “los vínculos supranacionales son ocasionalmente posibles gracias a los vínculos infranacionales, como el antecedente étnico común de los Talibán, los Pashtún Jama’at Islami (Qazi Husseyn), la cabeza de una de las ramas del Jami’at Ulama (Senador Sami Ul Haqq de Aqora Khattak) y funcionarios del ISI(el Coronel Imad, consejero del Talibán, o Hamid Gul)4Mientras los islamistas se anclan en un proyecto de Estado- Nación, lo que representa esta nueva forma de organización, precisamente lo contrario, aunque deban atender a sus necesidades territoriales y se sirvan de ello para presentarse como “Estado”. El post-neofundamentalismo al que se puede adscribir a Daesh no se asemeja a la visión política de los islamismos, y por su parte podemos llegar a entender que lo la particularidad de Daesh es que representa la antítesis de lo que Foucault acuñó como bipoder5. La concepción de “Estado Islámico” es meramente un eslogan que surte efecto y que sirve como eslabón para instaurarse de pleno en el ámbito en el que realmente del Daesh es origen, y además pretende y necesita para sustentarse: la post-modernidad.
Como señala Oliver Roy en su obra El islam mundializado (2003), la concepción de un Estado Islámico es cuestionable por la naturaleza de sus componentes “Estado” e “Islámico”. La identidad religiosa que aspira a formar parte de una comunidad de creyentes se diferencia del principio de legitimidad del Estado. Por ello, el proyecto real de construir un Estado, contradice el principio islámico de la umma, dado que ésta “es una comunidad de creyentes que, por definición, no está expresada en el Estado. El Estado solamente es parte del principio de legitimidad en la medida en que se hace islámico y representa los intereses de Dios a través del Estado”6 Por ello, podemos afirmar que “el nacionalismo es el enemigo de la umma7. Esta idea está presente que en cualquier vídeo en el que aparezca un militante o seguidor de Daesh, donde éste se definirá como musulmán y no como perteneciente de ningún país. Ya sea por el rechazo que le produce, o bien atraído por la posibilidad de pertenecer a una comunidad que le asegura la aceptación y ser partícipe de un imaginario como alternativa a la sociedad de la que está excluido y en la que siente un fuerte desarraigo. Entonces, la línea entre el kufr y el din se establece clara para el sujeto, para quien ser creyente es el rasgo de identidad que prevalece sobre cualquier otra categoría personal, incluida la nacionalidad.
En los “estudios de Bujis, Demant y Hamdy, se concluye que la radicalización es una consecuencia de la pérdida de confianza en las instituciones democráticas. Un proceso de deslegitimación en el que los individuos pierden su fe en la sociedad establecida y en las reglas existentes, y desarrollan una alternativa político cultural, y finalmente llegan a una antítesis total”8 Y para conseguirlo, han tenido un papel importante las redes sociales, dado que el proceso de radicalización para la captación o atracción a los territorios del supuesto califato en su mayoría requiere de interacción, e internet, herramienta esencial de la vida moderna, ha conseguido que ello sea más accesible9, un método muy alejado al de movimientos tradicionales que convergen con algunas características, cuyos métodos de reclutamiento y factores de atracción se encontraban en las mezquitas o en las madrasas. Incluso ya es habitual oír el término de ciberyihad o cibercalifato.
La capacidad de atracción y de obrar del Daesh ha trascendido “sus fronteras”, siendo conscientes de la existencia de sujetos que no han tenido que viajar al territorio dominado por el Daesh, o ni si quiera es necesario que pasen por un proceso de captación, sino que su radicalización es unilateral, y viene alimentada por la atracción que siente el individuo ante la imagen que Daesh reproduce por distintos medios, redes sociales y foros, finalmente estos indivudios logran cometer atentados y masacres sin órdenes directas de la organización, o sin una vinculación con ésta.Ahí reside el poder de Daesh, el efecto indirecto, pero no menos exitoso, que puede surtir sobre individuos aislados. A estos individuos se les conoce por la denominación de “lobos solitarios”, por ello podemos concluir que “Internet ha permitido la creación de un espacio islámico que encaja en la naturaleza desterritorializada de su apuesta política y que permite la fusión de almas, la desagregación, el intercambio, la puesta en común y el adoctrinamiento”10
Entre las filas del Daesh no se incluyen únicamente guerreros, si no hackers, expertos en comunicación y producción audiovisual, así como especialistas de software, con un ágil dominio de las redes sociales. Para la organización internet es el medio idóneo para difundir su autoconcepción apocalíptica y reproducir su imaginario épico basado en las profecías de un Armageddon11 islámico. La organización es consciente del impacto de su discurso extremo, que anima a la destrucción y la muerte, y que es capaz de prometer a través de unas imágenes predeterminadas y una narrativa concisa, un papel heroico para los jóvenes que subconscientemente, dentro de este marco de modernidad en el que opera Daesh, les resulta atractiva la dualidad temporal que el grupo aparenta en su propaganda. Esta delgada línea que separa el pasado dorado y el presente, y por lo tanto con ello, dota al héroe de “la capacidad para moverse entre todas las épocas, de tal manera que las diferencias históricas, las barreras temporales, quedan anuladas –en consonancia con el discurso de E.I., que interpreta la época actual, sin transición alguna, en los términos de una versión histórica del Islam y en particular de las cruzadas”12.
Nos encontramos así ante un discurso de resistencia ante el capitalismo mundial y la cultura occidental, que insta a la adquisición de tradiciones premodernas, pero al el retorno a esas formas es imposible “Dado que la globalización afecta ya a la forma de resistencia que se le opone: en efecto aquellos que se oponen a la globalización, en nombre de tradiciones amenazadas por ella lo hacen en una forma que ya es moderna, hablan ya el lenguaje de la modernidad. Su contenido puede ser antiguo, pero su forma es ultramoderna”. Lo que debemos plantearnos en este momento, y ante el declive del Daesh en su control territorial y como “Estado” que aspira a ser, es el reforzamiento de su dimensión como “estado mental” para algunos desarraigados que tienen fácil acceso vía internet a esta inspiración. Más que la radicalización del Islam, lo que podemos estar presenciando es la islamización de una actitud autodestructiva y extremista, cuyo origen se aleja de la religión y se aproxima más al colapso de dimensiones sociales y efectos colaterales de la mundialización. Aunque Daesh desaparezca sobre el terreno en Siria e Iraq lo que resulta imposible de erradicar es su narrativa que se expande continuamente en la red. No hay remedio, ni fronteras en este caso, el mal se está gestando aquí, y con los de aquí.
1HACKET, C.: “5 Facts about the Muslim Population in Europe” en: Pewresearch. 04-04-2016 (http://www.pewresearch.org/fact-tank/2016/07/19/5-facts-about-the-muslim-population-in-europe/).
2La respuesta de un experto en fiqh ante una situación que puede tener varias interpretaciones dentro del Islam. El experto cuya autoridad emana de su erudición responde cuál es el proceder islámico más correcto para la situación.
3ROY, O.: El Islam Mundializado, Barcelona, Bellaterra, 2003, p.14.
4ROY, O.: “Neofundamentalismo”. Se desconoce la publicación original en la que se encuentra el artículo. Disponible en: Cholonautas. 10-05-2016 (http://www.cholonautas.edu.pe/modulo/upload/neofund.pdf).
5 Término que Michel Foucault acuñó para definir las prácticas de los estados modernos, dirigidas a subyugar y controlar a la población. La primera referencia al término la hio en su obra La Historia de la Sexualidad, Volumen ILa Voluntad de SaberMadrid, S.XXI, 2006.
6CASTELLS, M.: “Identidad y globalización”, en: Quaderns de la Mediterrània, nº14 /2010, pp.254-262 (http://www.iemed.org/publicacions/quaderns/14/qm14_pdf_esp/14.pdf).
7 Ibid.p.18.
8MELLÓN, A.: Islamismo yihadista: radicalización y contrarradicalización, Valencia, Tirant lo blanch, 2015, p.28.
9Ibid. pp 49-51.
10AZNAR FERNÁDEZ, F.: Terrorismo Global y Lobos solitarios. Instituto Español de Estudios Estratégicos, 2013 (ARI nº 44/2013), p.8 (http://www.ieee.es/Galerias/fichero/docs_analisis/2013/DIEEEA442013_TerrorismoGlobalLobosSolitarios_FAFM.pdf).
11Precisamente, Dabiq, el nombre de la revista del Daesh, hace alusión a un pueblo de Siria, donde según profecías se llevará a cabo la batalla contra el Ejército de los cruzados de Roma (Reencarnado en la actualidad en forma de Coalición Internacional, liderada por Barack Obama). Después de esta victoria, se procederá a la conquista de Constantinopla y la derrota deL Dajjal, el Anticristo en versión islámica.
12BERENGUER, E.: “Crisis, Islamismo y Muerte. E.I y Los Jóvenes Europeos” en Nel-Medellin . 17-04-2016 (http://nel-medellin.org/blogcrisis-islamismo-y-muerte-e-i-y-los-jovenes-europeos/).

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